Vamos de Gautegiz Arteaga a Gernika y visitamos el Bosque de Oma

Que levanten la mano los que cuando escuchan Bosque de Oma, la obra natural de Agustín Ibarrola, tuercen el morro y piensan: «Eso está en el fin del mundo». Pues señores, hoy toca visitarlo partiendo de Gautegiz Arteaga y llegando a Gernika. ¡Y todo, con transporte público!

La jugada comienza en Termibús. En la parada bilbaína tendremos que coger el A 3513 (comprueba los horarios). El convoy nos plantará en Gautegiz Arteaga (Busturialdea) en apenas una hora. Tendremos que detenernos en el Ayuntamiento (en caso de duda, puedes pedir gentilmente al chófer que te avise).

Una vez apeados y enmochilados, descendemos por la misma acera en la que nos bajamos del bus unos 50-75 metros, para, en ese momento, tomar una calle perpendicular que se aleja de la carretera principal (BI-2238). Este desvío coincide con el comienzo del PR-BI 163, que ya recorrimos en el pasado.

Durante 600 metros será el ejemplo perfecto de un paseo sin sobresaltos: camino sobre cemento, zonas espaciosas sin tráfico ni ruidos, etc. El protagonista único de nuestras vistas será el Ereñozar, que ya visitamos.

El Ereñozar marca el arranque de nuestro caminar al Bosque de Oma.

El Ereñozar marca el arranque de nuestro caminar al Bosque de Oma.

Pero nada es para siempre y el PR deberemos abandonarlo al llegar a los 600 metros. Las pintadas nos sugerirán continuar por una zona arbolada; nuestro destino, continuar por el camino asfaltado. ¡Pues asfalto toca!

De nuevo un trecho de 600 metros (¡Vaya con la cifra! ¡Ni adrede!) de un camino sin pérdida y sobre asfalto, sin coches, que entre sus atractivos tiene las vistas de Gautegiz Arteaga.

Bonitas vistas de Gautegiz Arteaga.

Bonitas vistas de Gautegiz Arteaga.

Llegamos al momento más «complicado» de la ruta. Vamos a parar a una carretera, la BI-4244, que no es la A-8 que digamos (poco tráfico). Pues bien, según nos la encontramos, debemos ir hacia la izquierda por el arcén de la vía. Son sólo 90 metros casi sin peligro. Con precaución nunca pasará nada. Además, lo haremos mirando a mano derecha para percatarnos de la entrada al sendero que nos llevará al Bosque de Oma.

Cartelería del acceso al Bosque de Oma.

Cartelería del acceso al Bosque de Oma.

A partir de aquí, peligros fuera. Comienza un camino tranquilo, de suaves sube-bajas, sin coches, en el que es habitual encontrarse con otros visitantes. Este recorrido nos llevará directos al Bosque de Oma, bosque pintado obra de Ibarrola. Así que mueve los pies, que el cuerpo te seguirá.

¡Comienza el "descenso" al Bosque de Oma!

¡Comienza el «descenso» al Bosque de Oma!

Atento/a, porque unos dos kilómetros después de acceder al camino te toparás con el descenso al Bosque de Oma, ya en Kortezubi. Son 250 metros de cuesta abajo, muy transitados, que, en caso de mal tiempo y calzado no adecuado, pueden ser algo resbaladizos (¡Malditos escalones!). El Bosque de Oma forma parte de la montaña y su estado depende del tiempo que haga. ¿Qué llueve? ¡Pues se hace barro! 🙂

Con más o menos cuidado, llegaremos al Bosque de Oma. El entorno propone un recorrido basado en números. Posándonos sobre ellos y mirando a los árboles en la dirección en la que invita la flecha, deberemos ver ciertas formas y colores que nos recuerden una realidad. ¡Asocia lo que ves con lo que dice ser con esta guía en PDF!

¡Hora de volver! Tendremos que desandar el camino recorrido hasta donde comenzamos la bajada al Bosque de Oma, justo donde unas flechas y una piedra enorme indicaban el camino (se ven en la foto anterior).

Desde aquí comenzaremos el descenso a Gernika. El motivo de ir a esta localidad es triple: por un lado, porque desandar el mismo camino de ida es a veces aburrido. Por otro, porque así se conoce otro sendero. Y, por último, porque Gernika es un punto neurálgico de la zona, de manera que por él pasan medios de transporte que, no sólo te llevarán a Bilbao cada 20 minutos, sino que con suerte te aproximan a otra localidad vizcaína.

¡Descendemos! Si te pones de espaldas a la bajada al Bosque de Oma, tendrás cuatro senderos de frente. Nuestro caminar ha de tomar el segundo sendero comenzando por la derecha (cuando nosotros hicimos esta ruta, una flecha blanca lo señalizaba en un tronco, como ves).

Siguiendo la flecha blanca hacia Gernika.

Siguiendo la flecha blanca hacia Gernika.

De nuevo, sólo 20 metros después de elegir este camino, deberemos desviarnos otra vez a mano derecha. Y así comienza el descenso como tal. De nuevo deberemos estar vivos kilómetro y medio después, cuando debamos elegir entre 3 desvíos: elegimos el de en medio. Y 300 metros después, la opción de la derecha. Todo este lío, con tu GPS y nuestro track será pan comido.

Poco a poco, el camino de montaña se convierte en ‘cementero’. Cada vez más te acercas a la vida urbana. Sin embargo, las señales siguen echándote una mano mientras los prados abiertos te acompañan en tu caminar.

Blanco y amarillo, marca de PR. ¡Estamos ya a un paso de Gernika!

Blanco y amarillo, marca de PR. ¡Estamos ya a un paso de Gernika!

Casi 2 kilómetros después te toparás de frente con la BI-2238 (¿La recuerdas? Sí, es que la que cruza Gautegiz Arteaga), momento en el cual deberemos girar a la izquierda tomando el camino interno, no el arcén de la carretera. Si te equivocas, en 20 metros tienes una rectificación.

Este camino nos lleva a un muy transitado bidegorri (carril bici), mediante el cual atravesaremos la BI-2238 por su parte inferior. Tras pasar frente al cuartel de la Guardia Civil, continuaremos recto (calles Kortezubi, San Bartolomé y San Juan). Como ves, ya estás en el centro de Gernika. Nosotros iremos a una marquesina de autobús, una de las que más destinos y frecuencias tiene. Tu parada puedes decidirla gracias a la web de Bizkaibus.

Tendremos que llegar al final de la calle San Juan (antes de entrar en zona ajardinada) y, cuando se cruce con la calle Allende Salazar, tomamos esta otra. Seguimos por ella sin desviarnos. Pasaremos frente a la Iglesia de Santa María, el Museo de Euskal Herria y la Casa de Juntas de Gernika, que nosotros no visitamos esta vez por falta de tiempo. ¡Todo merece la pena!

Casa de Juntas de Gernika (Foto: Agirregabiria).

Casa de Juntas de Gernika (Foto: Agirregabiria).

Esa calle, Allende Salazar, comienza a descender. Y así llegaremos a la plaza Saraspe, en la cual hay una marquesina. Esa marquesina, sita en una especie de isla en la calle Juan Calzada, será nuestra parada final de la etapa de hoy, de unos 12 kilómetros y poco más de 3 horas.

Ficha de la ruta

Distancia: En torno a 12 kilómetros.

Duración: Sobre 3 horas. Claro, depende de con quién se vaya acompañado (con críos ya se sabe…).

Dificultad: Ninguna. Físicamente no exige casi experiencia.

Otros datos: Es recomendable, en caso de mal tiempo (el día de la excursión o los previos), ir calzado con botas de monte. La bajada al Bosque de Oma puede ser resbaladiza con mal tiempo. Si a eso unimos unos escalones molestísimos, la cosa se puede poner peligrosa. Además, la bajada a Gernika puede embarrarse y tener que esquivar balsas de agua considerables.

Más información

Fotografías (Facebook): https://www.facebook.com/media/set/?set=a.527703060606661.1073741828.109203329123305&type=3

Track (Wikiloc): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4485411

Vídeo (Youtube): http://youtu.be/Mhxiu_8Oyyc

Guía del Bosque de Oma (PDF, 1,7 MB): http://www.bizkaia.net/Home2/Archivos/DPTO4/Temas/OMA/recorrido_OMA_Cast.pdf

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