Subir el Ereñozar (447 m) por el PR-BI 163 tiene su premio (y de los gordos)

Rebasamos el ecuador de febrero con buen tiempo (¡Aleluya!). Hoy toca bonita caminata de sólo 9 kilómetros, que, partiendo de Gautegiz Arteaga, ascenderá el centenario Ereñozar (o San Miguel). Como aguinaldo, prometemos bellas vistas junto a su ermita de San Miguel. ¡Gustazo!

Cogemos el bus. Acudimos a nuestra ya casi tradicional cita con Termibus (Bilbao) y tomamos el Bizkaibus A 3513. En 60 minutos nos plantaremos en la bella localidad de Busturialdea. Nosotros tocamos suelo en la segunda parada del pueblo.

Nuestro caminar arranca en la plaza del Ayuntamiento (parking). Los pasos han de dirigirse por la misma acera 100 metros atrás, momento en el cual hemos de tomar la calle que se desvía de la carretera principal (Zelaieta o BI-2238). Así, pues, comenzamos a patear el PR-BI 163, un pequeño recorrido que nos llevará hasta la base del Ereñozar (447 m).

¡Nos desviamos! (de la carretera, se entiende).

¡Nos desviamos! (de la carretera, se entiende).

El camino es de dos y dos cuatro. Al principio, alfaltado, cruzará zona de casas familares para, poco a poco, encararse con cultivos, cruzar el río (el Ereño, antigua fuente molinera) y adentrarse en zona boscosa. Vamos adivinando nuestro objetivo, a cada paso más imponente.

El Ereñozar es como Roberto Dueñas, que impresiona sólo teniéndolo frente a uno.

El Ereñozar es como Roberto Dueñas, que impresiona sólo teniéndolo frente a uno.

Pasados los 2 kilómetros, llegaremos a un punto clave: una minicascada (depende del momento del año será mayor o menor el manantial), que da vida al Ereño, caudal que hemos recorrido hasta aquí a contracorriente. En este punto comienza nuestra ascensión. Tomamos, pues, el camino que sube a mano derecha. A nuestra bajada, deberemos tomar el camino que cruza el río, a nuestra izquierda.

Como las del Niágara, pero a otra escala…

Como las del Niágara, pero a otra escala…

Comenzamos a trepar. El caminar no se hace duro porque, aunque constantes, las rampas no son muy pronunciadas. Casi un kilómetro después, el terreno se endereza levemente y los árboles dejan de protegernos. ¡Pero estate atento! A mano derecha, 300 metros después, arranca un nuevo sendero (en caso de saltártelo, podrías llegar al barrio de Elexalde-Zeeta y caminar por la carretera).

¡Derechona!

¡Derechona!

Este desvío nos llevará en sólo 200 metros a la carretera, que sin complicaciones nos lleva a la cima del Ereñozar. ¿Entiendes ahora, mirando hacia atrás, por qué en caso de pasarte el desvío es posible llegar a Elexalde-Zeeta y descender por la carretera? 🙂

Comenzamos, pues, el ascenso final a la cota centenaria. Dicen de aquellas cimas que acogen romerías que suelen tener unos accesos más que cuidados. Y ésta no es una excepción. De hecho, deberemos recorrer un kilómetros de asfalto para después trepar 150 metros de trecho empedrado… con pasamanos. ¡Sí, balaustrada, barandilla o como lo quieras llamar!

¡Es corta, pero se hace dura la rampa, sí!

¡Es corta, pero se hace dura la rampa, sí!

Arriba nos espera una coqueta pero completa cima: la ermita de San Miguel, el buzón que indica sus 447 metros, un vértice geodésico, unos restos ¿humanos? (cuando lo veas lo entenderás) y algún que otro montañero, casi seguro. Y cómo no, como prometimos, unas vistas de tres pistones, un premio gordo con el Urdaibai y la desembocadura del río Oka como protagonistas casi absolutas.

¡Hora de la bajada! Como cuesta abajo hasta Piraña, el de ‘Verano Azul’, corre, verás que es cuestión de minutos plantarse en la pequeña cascada que dejamos atrás cuando comenzamos el ascenso. ¡Cuestión de seguir el mismo camino, leches! Pero ahora, cruzamos el río a la otra orilla.

Voy cruzando el río, sabes que te quiero…

Voy cruzando el río, sabes que te quiero…

¡Ya casi estamos! Es cuestión de tomar el camino de asfalto ascendente, que nos llevará a la misma recta inicial en la que nos dejó el Bizkaibus. En este caso, deberemos retroceder por el arcén (¡Mucho cuidado!)

¡Y en casita para comer!

Ficha de la ruta

Distancia: Casi 9 kilómetros.

Dificultad: La ruta no es complicada. La primera parte, la que sigue el sendero del PR, es casi en su totalidad llana. Obviamente luego el camino se ‘inclina’, pero son rampas constantes más que de porcentaje alto. Ruta recomendable para quienes disponen ya de agilidad.

Otros consejos: Pateada a realizar a poder ser con buen tiempo. Si en días previos ha llovido, es posible que el suelo esté embarrado. La vegetación y las hojas hacen que la tierra no seque. Otro aspecto a tener en cuenta es conocer el horario de los autobuses, pues un mal control puede hacernos esperar hasta 2 horas en la marquesina.

Más información

Fotografías (Facebook): https://www.facebook.com/media/set/?set=a.508706525839648.105544.109203329123305&type=1

Track (Wikiloc): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4011564

Vídeo (Youtube): http://youtu.be/yPqSdWvQNbk

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