Arrizurigana (326 m), un discreto centenario con una cima bien poblada

Hoy os proponemos un monte ante el que no existe ninguna excusa para no pisar su cima.

Arrizurigana (o Arrizuriaga, como propone la Federación Vasca de Montaña) es una pequeña montaña cercana a Larrabetzu a la que se accede en apenas una hora. Por lo tanto, resulta ideal para ascenderlo un día del que no se disponga de mucho tiempo, o como monte de iniciación al que poder acudir con niños e inculcarles el amor por la montaña.

Sea como fuere, lo primero es llegar a Larrabetzu. Como la ruta empieza y termina en el propio Larrabetzu, es apropiada para quien quiera acercarse en coche. Si no se dispone de coche, existe parada de Bizkaibus en el pueblo.

Desde Larrabetzu deberemos dirigirnos hacia el este, hacia la carretera de circunvalación, bajo la que pasaremos por un corto túnel. Inmediatamente después del túnel, giramos a la derecha y caminamos por un camino de asfalto a cuyos lados se alzan algunos caseríos.

Como entrante, un poco de asfalto.

Como entrante, un poco de asfalto.

No abandonaremos este camino asfaltado hasta que lleguemos al final del mismo, junto a un caserío.

Enfrente del mismo observamos un cercado con una puerta. El camino de subida continúa al otro lado de esta puerta, por lo que la atravesamos, cerrando después para que no se escape el ganado.

Después del gris, llega el verde.

Después del gris, llega el verde.

Debido a que los días precedentes había llovido, la zona que rodea la puerta tenía bastante barro, por lo que tuvimos que medir nuestros pasos para no resbalar y ser sometidos a una sesión involuntaria de barroterapia. 😀

Unos metros después, nos adentramos en un pinar, donde vemos que existe camino, por el que continuamos. Este camino no lo deberemos abandonar ya que es el que lleva a la cima. De nuevo atravesamos un cercado por un paso habilitado.

Sigue el camino y llegarás a la cima.

Sigue el camino y llegarás a la cima.

Minutos más tarde, pasamos por entre eucaliptos primero, y de nuevo pinos después. Ahora observamos que en el camino se marcan unas rodadas. Estas serán las marcas que debamos seguir, omitiendo cualquier otro camino hacia donde no se dirijan los surcos del terreno.

¡Cuidado con los falsos desvíos!

¡Cuidado con los falsos desvíos!

Sin embargo, pasados los 3 kilómetros, deberemos estar atentos a un desvío que veremos a la derecha, justo donde el sendero deja de ganar altura, porque este desvío es el que lleva finalmente a la cima, donde una gran cruz y un simpático buzón nos darán la bienvenida.

La cima: dos buzones, una gran cruz y pinos, muchos pinos.

La cima: dos buzones, una gran cruz y pinos, muchos pinos.

Ya hemos llegado. El GPS marca algo más de 3 kilómetros. El reloj, una hora aproximada. Miramos a nuestro alrededor: pinos y más pinos, como en el Longitas. La verdad, una pena no poder disfrutar de vistas.

Así que ya solo queda inmortalizar el momento con una foto y depositar nuestra tarjeta para el Concurso de los Cien Montes.

Tras un breve descanso, apenas necesario ya que la subida no ha sido en absoluto exigente, regresamos por el mismo camino de subida.

Ficha de la ruta

Distancia: Algo más de 3 kilómetros hasta la cima, una hora de subida. La vuelta se hace más ligera.

Dificultad: Ninguna. Apta para todas las piernas.

Comentarios: La poca exigencia de este monte lo convierte en ideal como montaña de iniciación para montañeros noveles. Senderistas más exigentes, pueden complementar el ascenso a esta montaña con un paseo por el cercano GR 280.

Más información

Fotografías (Facebook): https://www.facebook.com/media/set/?set=a.303761913000778.67499.109203329123305&type=3

Track (Wikiloc): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2382340

Mapa GR 280 (Uribe)https://maps.google.es/maps/ms?gl=es&ie=UTF8&oe=UTF8&msa=0&msid=203000631266344368419.0004ba1f75e3f496d1c0f

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