Tocamos el cielo desde el monte Eretza (887 m) entre un mar de nubes

Niebla en el valle y sol en la cima. Hoy recorremos una ruta de contrastes entre Sodupe y El Regato pasando por la cima del Eretza.

Comenzamos en Sodupe. Como esta ruta no es circular, lo mejor es desplazarse en transporte público. Nosotros optamos por FEVE (línea Bilbao-Balmaseda).

Antes de comenzar la subida miramos hacia arriba y observamos una espesa niebla a muy baja altura, ante lo que se nos presenta un dilema: subir o no subir.

La niebla es muy mala compañera en cualquier salida al monte, pero información previa decía que el camino de subida no tiene prácticamente posibilidad de pérdida. De esta manera “tiramos por la calle de en medio” y empezamos a subir, mientras el camino y la niebla lo permitan, y ante el más mínimo titubeo, media vuelta, que el monte no se va a marchar de donde está y se puede volver otro día con mejor meteorología.

Sodupe, punto de partida de nuestro ascenso al Eretza.

Sodupe, punto de partida de nuestro ascenso al Eretza.

Así, partiendo de la estación de tren, nos dirigimos por la carretera general río abajo hasta encontrarnos con un camino a la izquierda con la señalización a los barrios de Unzar y Lejartza y al monte Eretza. Este camino es uno de los accesos más directos al monte y en unos seis kilómetros te plantas en la cima.

Comienza la subida al Eretza, con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide.

Comienza la subida al Eretza, con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide.

Tomamos este camino de asfalto y vamos subiendo entre pinos y castaños (el suelo está a ratos lleno de erizos) hasta pasar primero por el barrio de Unzar, y llegar después a la ermita de San Bartolomé, en el barrio de Lejartza. De momento la niebla no parece tan espesa y la visibilidad es aceptable. Y, efectivamente, el camino no presenta ninguna dificultad ni posibilidad de equivocarse de senda.

De momento, siempre de frente.

De momento, siempre de frente.

Dejamos atrás Lejartza y llegamos después hasta un cruce de caminos. La niebla aún persiste, pero el cielo parece volverse a ratos más luminoso, produciéndose en ocasiones momentos de leve claridad. Esto nos anima a continuar, esperando que la niebla vaya a menos. Miramos el GPS y a nuestro alrededor. Y observamos un letrero indicándonos la dirección hacia el monte Eretza.

La subida continúa ahora por la derecha.

La subida continúa ahora por la derecha.

Continuamos. Para ello, vamos por donde indica el letrero y tomamos un desvío a la derecha antes de llegar a un paso canadiense.

¡Atentos al desvío!

¡Atentos al desvío!

Este nuevo camino, de tierra ahora, va ascendiendo en zig-zag, y cuando no son hitos, son nuevos letreros, o ambas cosas, las que señalan la dirección a tomar, en caso de duda.

El camino de subida al Eretza está perfectamente señalizado en todo momento.

El camino de subida al Eretza está perfectamente señalizado en todo momento.

Poco después, dejamos atrás la parte boscosa y llegamos a una zona más despejada, donde los primeros rayos empiezan a abrirse camino entre las nubes. Tomamos un sendero hacia la derecha (al este) entre las rocas para llegar en unos minutos al refugio de La Barenilla.

Refugio 'La Barenilla', a un paso del Eretza.

Refugio ‘La Barenilla’, a un paso del Eretza.

Ya estamos casi en la cima. No obstante, aún hay algo de niebla, por lo que preguntamos a unos mendizales que vemos en las inmediaciones del refugio por el estado de la cima. ¡Buenas noticias! Nos indican que en la cima no hay niebla, así que tomamos impulso y acometemos la subida de las últimas rampas hasta el Eretza.

Desde el refugio abandonamos el camino y nos dirigimos, campo a través, con la referencia del pinar a nuestra derecha. La niebla empieza a disiparse y caminamos, ahora, a la derecha de otro pinar. Estamos a un paso de la cima.

Los primeros rayos de sol nos iluminan el camino.

Los primeros rayos de sol nos iluminan el camino.

La cima del monte Eretza (887 m, centenario) parece el Olimpo de los dioses. Todo a nuestro alrededor es un mar de nubes. Mientras que los mortales sufren un día nuboso, a nosotros, divinos privilegiados, nos deslumbra el sol.

Y entre el mar de nubes, a modo de islas, asoman Pico de la Cruz y Ganeran por un lado, y Ganekogorta y Gallarraga por otro. Solo falta un coro de ángeles tocando la lira, ¿no te parece?

Después de dejar testimonio gráfico de la ascensión y de rellenar nuestra tarjeta para el Concurso de los Cien Montes, toca regresar al ‘mundo’. Para ello, descendemos por la misma ladera por la que subimos, ahora con el pinar a nuestra derecha y tomamos una pista que encontraremos a la derecha y que se adentra entre pinos primero y cipreses después.

Esta pista conduce al cortafuegos del Eretza, donde vuelve a aparecer la niebla y por donde bajamos ahora, hasta cruzarnos con una pista gris de grava, que atravesamos. Al llegar a la pista, la niebla comienza a disiparse, encontrándonos con un cielo gris y mucha humedad en el ambiente.

Tomamos el camino que se encuentra al otro lado de la pista de grava, señalizado por marcas de un GR (ya sabes, rojas y blancas). Este es el GR 281, en su etapa entre Alonsotegi y Arenao.

A partir de ahora las marcas del GR te guiarán casi hasta el final.

A partir de ahora las marcas del GR te guiarán casi hasta el final.

Así, vamos por el GR hasta encontrarnos de nuevo con la pista de grava, por donde, ahora sí, caminamos, como bien indican las marcas del GR. En unos metros llegamos a Saratxo.

Lo primero que veremos será un nuevo camino y un poste con la indicación ‘Zaramillo’ señalando a la derecha. Nosotros, en cambio, tomaremos el camino de la izquierda.

Atravesamos la barriada y llegamos, poco después, a un nuevo desvío a la derecha que tomamos, como indican las marcas blancas y rojas.

¡Atención a los desvíos!

¡Atención a los desvíos!

Este nuevo camino bordea el monte Ganeroitz o Apuko (561 m, centenario), en la Sierra de Sasiburu. Deberemos estar atentos a nuestra izquierda, porque antes de llegar a Peñas Blancas (reconocible por el color de la piedra que abunda en su ladera), encontraremos un paso vallado, por donde se desciende a El Regato. La alternativa es continuar por el camino y recorrer todo el cordal de Sasiburu hasta Arroletza y, desde ahí, bajar hasta Cruces por el camino de Basatxu (ver ruta). Pero nosotros decidimos finalizar en El Regato, por lo que tomamos el desvío antes mencionado, abandonando el GR.

El camino que nos encontramos tras la valla tiene el aspecto de un barranco de aguas seco, lleno de surcos por donde bajan las aguas de la lluvia y cuyo firme es arcilloso, por lo que no es muy recomendable bajar por aquí si no se dispone de bastones o el suelo está mojado debido a lluvias recientes. Si está seco, con prudencia, no debería suponer ningún peligro.

Descendemos en zig-zag por este camino hasta cruzarnos con el PR-BI 210 (Ruta de los pantanos de Barakaldo), por donde ya estuvimos tiempo atrás.

Así, llegamos a Tellitu primero, y a El Regato después, donde ponemos punto y final a esta ruta de hoy.

Ficha de la ruta

Distancia: 15 kilómetros (unas 5 horas y media, con parada para el bocata y descanso en la cumbre).

Dificultad: Poca. Buen camino desde Sodupe hasta el Eretza. Un poco de precaución en el cortafuegos y terreno perfecto en la parte del GR. De nuevo un poco de precaución en la bajada a El Regato desde Peñas Blancas.

Comentarios: Incluso con niebla, la ascensión no presentó ninguna dificultad. Camino perfectamente señalizado desde Sodupe hasta el refugio. Una vez en la cima, las vistas son excelentes.

Más información

Fotografías (Facebook): https://www.facebook.com/media/set/?set=a.258626337514336.59297.109203329123305&type=3

Track (Wikiloc): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2138973

Vídeo (Youtube): http://www.youtube.com/watch?v=_rLEPZbhMY0

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