Volvemos a las andadas (literal). La ruta de hoy nos traslada a Gernika para ascender el Maiaga y el Sollube, ambos centenarios, y descender hasta Mungia. Toda una amalgama de lugares en el que lo más importante serán tus piernas. No damos más pistas…
Mochila, botas y bocata. Nuestra ruta, no circular, comienza en la parada de la estación de Gernika. Para llegar allí podemos optar por tomar el Bizkaibus A 3514 (Bilbao – Amorebieta-Etxano – Gernika), que nos deja casi directos y encima es la última parada, aunque existen otras líneas. El 3514, el que cogimos, lo podemos tomar en Abando, a donde llegar bien vía Bilbobus, Bizkaibus, Metro Bilbao o Cercanías Renfe. Como sea, 45 minutos después nos plantamos en la estación de Gernika.
¿Preparado? La idea es dirigirnos de forma perpendicular hacia la izquierda del pueblo, buscando el cementerio; indicar calle por calle es para morirse. LO MEJOR ES QUE PREGUNTES POR ÉL. Toda vez que estás junto al cementerio, deberás tomar la carretera que discurre por su parte superior, calle Fray Martín de Murua, y comenzar a andar.
Mucho cuidado, porque en 150 metros nos topamos con un desvío. Deberás abandonar la carretera general para tomar el camino de la derecha, justo cuando a mano izquierda dejamos una pequeña zona arbolada y el camino nuevo, ascendente, comienza con una edificación. Este nuevo sendero nos dejará, en 300 metros, en el barrio de San Pedro.
Atravesamos San Pedro y tomamos el camino que asciende, que nos deparará un largo trecho sin probemas. Tanto como 1 kilómetro y medio siguiendo la ruta principal del camino. Ello nos llevará a la base de nuestro primer objetivo: el Maiaga, de solo 404 metros.
Presta toda tu atención porque en su base nos topamos con el segundo desvío importante: cuando todo hace indicar que tenemos que seguir por la carretera (derecha), tomaremos un desvío hacia la izquierda hacia un sendero mayoritariamente de piedra. En 300 metros deberemos tomar otro sendero hacia la derecha (señalizado como ‘Sallobante’).
La tercera, y penúltima, dificultad nos la encontramos a 300 metros, donde deberemos tomar el sendero a la izquierda, en este caso de tierra para, en 30 metros más, tomar un minisendero también a la izquierda que se adentra en zona verde, como se ve en la imagen.
Podrás comprobar que la vegetación en algunas zonas es intensa. Olvida caminos perpendiculares, sigue lo pisado y en 120 metros llegarás al buzón, instalado en 2009 por el basauritarra Club de Montaña Baskonia. ¡Sube a la piedra y disfruta de las vistas, carajo! ¡Deja tu tarjeta!
Abandonamos la cima para dirigirnos a nuestro segundo objetivo: el Sollube (663 metros). Retornamos hasta el momento en el que tomamos el camino principal, el señalizado como Sallobante (grava, no tierra), y continuamos al frente (izquierda), para llegar así a la carretera asfaltada que abandonamos al principio. La pérdida aquí es imposible, sobre todo por las señales, que ayudan a orientarnos.
El sentir nos hará cruzar la dispersa pero bella localidad de Errigoiti (cruza la carretera y sigue por el camino que continúa ascendente entre dos casas). Aquí prima el sendero firme y bien señalizado. Confirmarás tu buena marcha gracias al perfil del Sollube, cima repleta de antenas, que comprobarás más cerca a cada paso.
Atención: 2 kilómetros y medio después de cruzar las casas de Errigoiti, llega EL GRAN DESVÍO. Mira a mano derecha: tendrás que coger ese camino, como se ve en la imagen siguiente.
Después se abren tres posibilidades: a la derecha, NO; al frente, TAMPOCO, y SÍ al de la izquierda, un pequeño sendero que sube, poco marcado, de tierra-roca.
Como verás, la cosa comienza a ponerse dura. Es una declaración suave de intenciones de lo que vas a encontrar después. De momento, ‘disfruta’ de este ascenso suave y constante. Nunca abandones el camino principal y más marcado. Por supuesto, haz caso a las señales.
En 1 kilómetro llegarás a un ‘descansillo’ arbolado que recomendamos aproveches para coger fuerzas, porque a renglón seguido tendrás que afrontar tres bonitas rampas rompegemelos que, sólo de mirarlas, ya acoj… impresionan (por cierto, antes de la primera hay una zona de esparcimiento con una sensacional fuente).
En nuestro caso nos olvidamos de rutas alternativas, como la carretera, que alarga en exceso la ruta aunque, obviamente, la convierte en más accesible. Sólo decidimos obviar la última rampa y optar por la carretera por tres motivos: cansancio, porque se accede más fácil a la cima desde la carretera y porque ésta no añade muchos más metros a la ruta.
¡El Sollube ya es casi nuestro, camarada! 600 metros más allá tomaremos la última curva (ya carretera) y llegaremos al buzón del centenario y bocinero Sollube, defendido por un belén. Por cierto, pruebas oculares en el lugar nos hacen pensar que es una zona frecuentada por gente que se ama, y mucho.
Vuelta a la tierra de los mortales
El plan de bajada exige llegar a Meñaka, y de ahí, a Larrauri (Mungia). Para ello, retornaremos a la última curva antes de pisar suelo de carretera y, obviando el camino de subida por el que vinimos de las cuestas y su continuación natural, tomaremos el camino de cemento blanco que desciende.
En total, unos 3 kilómetros de descenso con sol y sombra hasta Meñaka cuya única dificultad radica en los primeros 100 metros, cuando por inercia pases de largo una puerta candada; por un lateral deberás pasar tú. Por lo demás, es pan comido…
Una vez llegues a Meñaka, deberás cruzar completamente el pueblo y tomar el arcén de la carretera que atraviesa toda la localidad, dejando a tu derecha el frontón municipal dedicado al entrenador de fútbol y oriundo de la tierra Miguel Ángel Lotina. En caso de duda, pregunta a la amable gente por la carretera para llegar a Larrauri (Mungia). Son unos 600 metros caminando por el arcén de la carretera. No es peligrosa, pero ya se sabe que los peatones y los vehículos, cuanto más separados, mejor.
En esos metros, te toparás con una larga y transitada carretera que corta tu trayecto de forma perpendicular. Si miras a la izquierda, verás a sólo 30 metros una parada de autobús, la que buscábamos, por la que discurren diversas líneas que te dejan en el centro de Bilbao en un santiamén y desde la que tiempo atrás comenzamos otras rutas por Mungia.
Ficha de la ruta
Dificultad: Moderada.
Comentarios: La ruta en sí no es complicada, pero las tres rampas de acceso al Sollube te harán replantearte tu existencia. Y, con calor, vas a consumir más agua que los peces del villancico. En caso de problemas, opta por descansar y tomar la carretera que, aunque alarga el camino, lo hace más suave. Cálzate las botas de domingo, las buenas, porque la superficie de las rampas tiende a ser resbaladiza.
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