Llegamos a la recta final de agosto medio cansados. Nos merecemos una ruta con la que desengrasar el cuerpo, pero sin matarnos. Objetivo de hoy: el Bizkargi y su ermita, el cercano Arburu y el nacimiento del Butrón. ¿Te animas?
El pateo surge de Goikolexea (barrio de Larrabetzu), donde tiempo atrás finalizamos otra de nuetras rutas. Hoy será nuestro origen. Para llegar allí, como siempre, tiramos de transporte público. En nuestro caso, Metro Bilbao hasta Deusto, y en la acera contraria a la Plaza San Pedro, tomamos el A 3223 de Bizkaibus, que nos deja en media hora en el mismo Goikolexea. El coche es una opción válida porque la ruta es de ida y vuelta.
Nuestras ‘piernazas’ han de dirigirse a la parte trasera de la bonita y cableada iglesia de San Emeterio y San Celedonio. Allí, frente a varios ‘chaletes’, tomamos hacia abajo la carretera, que en cosa de metros nos dejará en nuestro camino. El cemento nos acompañará muchos metros. Como ya te habrás percatado, estos chaletes son bellas casas, cuidadas y decoradas con gusto. Poco pladur a la vista.
Este primer tramo está repleto también de árboles generosos que, en nuestro caso, insistieron en invitarnos a manzanas, avellanas y otros manjares. ¡Suerte la nuestra que no se instalan cámaras de seguridad en los montes! En ocasiones parecemos los Labordeta de Euskadi.
A 1 kilómetro escaso de la salida cruzarás el minúsculo barrio de Erkinko. Después, un par de sinuosas curvas y cuatro nuevas casas servirán para advertirte de que el cemento se acaba y de que el bosque es nuestro nuevo compañero. Para más señas, la dirección correcta es el camino de la izquierda a pesar de una flecha roja pintada en una de las casas que hace entender lo contrario.
Tras atravesar una verja (¡Ciérrala para que no se escape el ganado!), comienza el verdadero camino verde. Te vas a a topar en ocasiones con bifurcaciones; el sentido común y el piso del suelo van a revelar la senda correcta. Además, ciertas marcas naranjas facilitan la orientación.
¡Ojo! 700 metros después de pisar bosque verás un cruce de caminos con una papelera y un número 4 encima. Sí, amigos, papeleras en el monte. Atento/a, porque ese camino que desciende lo tomaremos para conocer el nacimiento del Río Butrón. Pero eso será más tarde…
Pero ahora nuestro objetivo está arriba, al que nos vamos acercando. Y, además, lo notas: las cuestas se hacen cada vez mas empinadas y la grava suelta las hace resbaladizas.
No tardarás en toparte con nuestro primer objetivo: el monte Bizkargi y sus 565 metros. Obviamente no pasarás por alto su ermita, dedicada a Santa Cruz. Pero la cosa va más allá: en ella confluyen 4 municios: Larrabetzu, Muxika, Amorebieta y Morga. Allí se vivieron incesantes luchas en la Guerra Civil, motivo por el cual verás que es una cota llena de homenajes en forma de escultura, flores, ikurriñas y demás… Además, es monte centenario, por lo que si tu objetivo es dejar tarjeta, mira detrás de la ermita: allí encontrarás tu ‘pequeño’ buzón adosado al edificio.
Segundo objetivo: el monte Arburu. Sueler ser típico ascenderlo tras el Bizkargi, de modo que es probable que a quienes viste aquí los veas allí un rato después.
El camino desciende por el lado opuesto de la loma a través de la cual accedimos a la ermita. El sendero no ofrece dificultad alguna, todo un paseo de jubilados de casi dos kilómetros, con cuestas muy muy suaves.
Su ascenso no tiene pérdida. Sólo una recomendación: llegará un momento en el que la subida abra una senda a la izquierda, entre vegetación. ¡Ésa es la tuya! Tranquilo, porque pasártela no evitará que llegues, aunque este sendero es el más directo (60 metros).
Seguro que durante la ascensión te has dado cuenta: ¿Te has fijado en la tierra? Parece como si hubieras cambiado de planeta, como si fuera sedimento volcánico… Curioso. Eso sí, su cima es sensacional. Sus dos rocas salientes ofrecen geniales vistas de la zona, mucho mejores que las del Bizkargi, arbolada y cerrada. Y con estas vistas, ¿qué mejor lugar para echar el bocata de rigor?
Es hora de afrontar nuestro tercer y último objetivo: el nacimiento de río Butrón. Para ello, media vuelta y paso por la cima del Bizkargi. Deberemos regresar aún más, hasta la famosa papelera con el número 4 adosado que vimos antes. Según bajamos, el camino que tiene a su izquierda es el que usamos para subir; ahora tomaremos el que desciende, que en apenas 200 metros nos dejará ante el bien señalizado acceso al nacimiento.
Aunque a partir del cartel el bosque se cierra. Si el día es caluroso, la vegetación te hará creer que estás en una selva amazónica. No temas: en otros 200 metros llegarás al nacimiento, que en un 90% de las ocasiones defrauda. Todo el mundo espera observar un pequeño salto de agua, como un manantial o un caño. Pues no. Aquí no se aprecia nada, salvo una ligera humedad, siendo benévolos.
¡Hora de la media vuelta! Obviamente, el camino de vuelta ya lo intuyes. Tendremos que ascender otra vez los 200 metros que nos alejamos del camino de bajada original hasta la papelera número 4 y tomar el camino que seguimos durante la subida, solo que esta vez en sentido descendente. Por supuesto, volverás a cruzar Erkinko (1 kilómetro) y 1.000 metros más abajo llegarás a la misma parada de bus en la que te apeaste en Goikolexea (Larrabetzu). Si es que viniste en bus, claro…
Ficha de la ruta
Dificultad: Fácil. Sin complicaciones.
Comentarios: Ruta perfecta para usar el coche: recorrido de ida y vuelta y sin problemas para aparcar (nosotros fuimos en Bizkaibus y genial, lo recomendamos). La visita al nacimiento del Butrón decepciona tanto que, en caso de cansancio o falta de tiempo, recomendamos saltársela. Con respecto a otras zonas, ésta es muy transitada por montañeros.
Más información
Fotografías (Facebook): https://www.facebook.com/media/set/?set=a.226866954023608.53005.109203329123305&type=3
Track (Wikiloc): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1953516