Nos vamos de cross entre Traslaviña y Zalla por el Gran Recorrido de las Encartaciones

Hormigón, asfalto, hierba, barro, bosque y ciudad. A nuestra ruta de hoy no le faltará de nada. Si eres de los que no les achican los retos, cálzate unas buenas botas y acompáñanos por este particular cross encartado siguiendo el GR 281.

[Este camino es una continuación del tramo del GR 281 Subida desde Balmaseda al Garbea (718 m), el rey de las antenas y de La Vía Verde de los Montes de Hierro-Burdinmendi, un placer histórico]

La ruta la comenzaremos en Traslaviña, en la estación de FEVE de la línea Bilbao-Santander. Deberemos estar atentos a los horarios ya que los trenes diarios de esta línea se cuentan con los dedos de una mano (y nos sobran dedos). Tomando el primer tren de la mañana en Bilbao, llegamos al comienzo de la ruta algunos minutos antes de las 9 de la mañana.

Desde el andén de la estación cruzamos las vías y tomamos el primer camino que nos encontramos a nuestra derecha dirección de la Casa de Juntas de Abellaneda, conforme nos señala un poste del GR 281.

¡En marcha!

¡En marcha!

Por camino de hormigón no tardamos en llegar al barrio sopuertarra de Beci. Dejando la iglesia a nuestra izquierda, atravesamos el barrio y tomamos un sendero que se nos abre a la izquierda.

El gentilicio de Beci, será becino, ¿no?

El gentilicio de Beci, será becino, ¿no?

Comenzamos ahora un tramo de sendero de tierra a la sombra de unos árboles semidesnudos por efecto del invierno hasta salir a un nuevo camino de hormigón por donde giramos a la derecha, en dirección ascendente.

Poco a poco vamos ganando metros hasta alcanzar la altura máxima. En este punto álgido giramos a la derecha abandonando el hormigón para pasar a pisar barro, atravesando una puerta en un cercado.

Quizás debido a las lluvias y a la frescura de los meses de invierno, y a que el sol aún no tiene la fuerza suficiente para secar el terreno, el suelo era un auténtico barrizal. El paso en este tramo es lento. Todo nuestro esfuerzo consistía en no perder el equilibrio y dar con nuestros huesos en el lodazal. Apenas 50 metros que se hicieron bastante largos.

Dejando atrás el barrizal llegamos a una zona mucho más acogedora, donde pisamos verde siguiendo una hilera de árboles.

Porque llueve está todo así de verde… y de barro.

Porque llueve está todo así de verde… y de barro.

Atravesamos un nuevo, aunque breve, tramo embarrado y salimos a una pradera donde no deberemos separarnos de un vallado y del arbolado que mantendremos a nuestra izquierda. Así llegamos a una zona de hierba muy alta, tapando cualquier atisbo de camino. Fijándonos bien, parece adivinarse un sendero formado por hierba pisada, aunque no muy marcada. En este tramo, el GPS nos sirvió de bastante utilidad, aunque como pista diremos que el camino sigue un sentido descendente y a la derecha, como buscando llegar hasta los árboles al otro lado del herbazal.

Dejando atrás este tramo llegamos a un camino que, cuesta abajo, se dirige a una solitaria casa. Y tras la casa, de nuevo verde bajo nuestros pies. Manteniendo a nuestra derecha una hilera de árboles y arbustos, y una cerca de alambre de espino, llegamos a una puerta en el cercado, por donde pasamos. Apenas unos pasos nos separan de Avellaneda y de su Casa de Juntas.

Al menos, hay almenas en la Casa de Juntas de Avellaneda.

Al menos, hay almenas en la Casa de Juntas de Avellaneda.

Dejando la visita al histórico edificio para otro día continuamos con nuestro pateo cruzando la carretera (por el paso para peatones, claro) y tomando dirección de Lutxako. Y en el primer desvío a la derecha abandonamos el camino para adentrarnos en el bosque. A partir de ahora, tan solo seguir las abundantes marcas del GR mientras nos vamos aproximando hasta unos caseríos, antesala del urbano Zalla. La pintura roja/blanca en árboles y vallados nos marcarán el sendero.

Estoy es ya pan comido.

Estoy es ya pan comido.

Una vez en Zalla nos dirigimos hacia su iglesia, donde giramos a la derecha tomando la calle de más abajo en giro de casi 180 grados. Recorremos esta calle que se va convirtiendo en carretera conforme nos alejamos de la urbe hasta que una flecha amarilla del Camino de Santiago, así como pintura del GR, nos invitan a girar a la izquierda, cruzando las vías del tren.

Ibarra, a un paso. Santiago, algo más lejos.

Ibarra, a un paso. Santiago, algo más lejos.

Todo lo que nos queda es seguir este camino adoquinado hasta llegar al barrio de Ibarra, donde giramos a la derecha tan pronto pasemos bajo un puente sobre el río Cadagua. Así habremos llegado a la estación de Ibarra, situada estratégicamente junto a una parada de autobús.

Solo nos queda esperar a lo primero que llegue…

Ficha de la ruta

Distancia: Algo más de 9 kilómetros.

Tiempo: Unas 4 horas y media.

Dificultad: El sendero, técnicamente, no es difícil. Pero algunos tramos con mucho barro entre Beci y Avellaneda nos hicieron caminar con bastante dificultad. Y el estado de estos tramos invita a pensar que va a ser una constante buena parte del año, lo que eleva notablemente la dificultad del conjunto de la ruta. Entre Avellaneda y Zalla, un auténtico paseo dominguero.

Comentarios: Si se quiere obviar la parte pro y quedarnos con una ruta para todos los públicos, os invitamos a seguir esta ruta alternativa, entre el Museo de las Encartaciones y la villa de Balmaseda.

Siguiendo el Gran Recorrido: Zalla es final de etapa, pero ni mucho menos es final de recorrido. Puedes leer su continuación hasta Balmaseda aquí. Y también tienes la etiqueta GR 281, a través de la cual puedes ver todas las rutas relacionadas con el GR.

Más información

Fotografías (Facebook)https://www.facebook.com/media/set/?set=a.675707289139570.1073741857.109203329123305&type=3

Ruta (Wikiloc)http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6660177

, ,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *